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Una sola letra cambia radicalmente el significado de una palabra: APORTA – APARTA.

Y una sola letra en una hipótesis o planteamiento cambia radicalmente la disposición de nuestra mente para analizar la realidad y posicionarnos ante ella.

Con esto de la “salida del confinamiento” hay tantas posiciones como intereses o personas. Vamos a verlo desde la perspectiva de la comunicación, usando un mismo planteamiento en el que sólo cambiamos una letra.

O- conjunción disyuntiva // Y-conjunción copulativa

Usar una u otra conjunción en la relación de dos realidades, conceptos o hechos es absolutamente diferente. Y esto es muy importante porque el uso de estas dos simples letras, con su carga significativa modifican completamente el afrontamiento de la realidad y las decisiones a tomar. En este caso, el hecho es la salida del confinamiento motivado por covid-19.

Una posibilidad es el enfoque disyuntivo: Para salir del confinamiento hay que posicionarse priorizando Salud o Economía

Repasando los medios de comunicación, redes sociales, entrevistas y ruedas de prensa de las últimas semanas encontrarás un sinfín de propuestas y contrapropuestas en uno y otro sentido. Posiblemente, analizados los argumentos de forma aislada, todos tengan un sentido lógico. Sin embargo, trabajar desde la disyuntiva o la yuxtaposición, rara vez conduce a nada positivo.

Establecida la realidad en términos DISYUNTIVOS, todo se ha decidido, explicado, interpretado, comunicado, defendido o atacado en base a esta dualidad, que se presenta polarizada.  Una postura trata de explicar sus decisiones desde criterios sanitarios, que los contrarios critican por las consecuencias económicas. De otro lado, los que priorizan las consecuencias económicas de las decisiones sobre restricciones de movilidad, etc, con expresiones del tipo “me matará covid-19 o me matará el hambre (literal o metafóricamente)”.

Personalmente he tratado de analizar las distintas posturas con la mayor distancia posible. He tratado de comprender los argumentos de unos y otros. Y he de reconocer que, portavoces y comunicadores razonables, racionales y preparados de ambos posicionamientos han logrado convencerme parcialmente. Dicho de otro modo, quienes defienden la primacía de la salud pública como único enfoque al que debe supeditarse todo -también la salud económica- tienen argumentos muy poderosos que se resumen en el contaje de muertos. Y los que defienden que el daño económico es terrible también tienen argumentos muy poderosos que resumen en el contaje de parados, demandantes de comida en los bancos de alimentos o pymes en riesgo de cierre definitivo.

El fallo por tanto no está en los argumentos, sino en el estilo de comunicación. Cuando dos personas se dan la espalda, es difícil establecer relaciones. Cuando la comunicación se presenta en términos “O” se termina por tener más ganas de convencer que de exponer opciones; y es que la mente en el “O” construye pensamientos-barrera, y comunica en forma de ataque o defensa.

Estaba meditando en ello cuando leí el artículo que comparto hoy. No sólo por su contenido, que también, sino y sobre todo, porque aborda el confinamiento desde una opción “Y”.

¿Qué me ha llamado la atención?

1: El enfoque de punto de partida: Salud Y Economía.

Desde la configuración multidisciplinar del equipo de trabajo, hasta los planteamientos de acción, se formulan en términos sumativos. Evitar los peores efectos o consecuencias en cada disciplina y maximizar lo mejor de cada una de ellas. En lugar de plantear salud y economía  como dos fuerzas en las que si una gana pierde la otra, se establece como requisito buscar soluciones en las que ambos hechos mejoren o se perjudiquen lo mínimo.

2: La propuesta de ESCENARIOS.

Las personas que piensan y comunican en términos sumativos tienen un mapa mental diseñado en términos de multi-verdades y multi-realidades. Cuando se piensa en formato de comunicación disyuntiva se genera lo que se llaman argumentos que restan. Cada postulado trata antes de destruir el “contrario” que de construir soluciones. [escucho la radio mientras escribo. Lamentablemente son mayoría los tertulianos, políticos, y técnicos que responden a esta forma de comunicar]

En este artículo, en el que se resume un estudio cuya hipótesis se formula desde “Y”, es decir, cómo plantear un desconfinamiento que preserve la salud de la población, al tiempo que se facilita la recuperación económica, no hay posiciones firmes, finitas o excluyentes. Se proponen escenarios, con sus consecuencias y ventajas. Los autores se posicionan claramente a favor de uno de ellos. Pero no por atacar los otros, sino porque responde mejor a sus objetivos.

3: Esto va de PERSONAS

Y es la sociología lo que facilita las opciones. Muchas situaciones a lo largo de la historia se han resuelto sobre papel y mapas. Un ejemplo relativamente reciente es la forma de establecer las fronteras en el proceso de descolonización de África. Sin atender a la cultura, tradición, relación entre pueblos, creencias.., los blancos listos, superiores, occidentales, y a kilómetros de distancia sacaron tiralíneas y dibujaron países para los atlas. Las consecuencias se han conocido a lo largo de los años, la mayoría negativas, sobre todo para esos pueblos unidos o separados sin ningún criterio humano o social.

Ahora, las soluciones geo-políticas para establecer el área y ritmo de desconfinamiento no han satisfecho a nadie. Porque incluso quienes están en la supuestamente favorable “fase 1”, y esto les parece un privilegio o ventaja, saben que están sometidos a un alto riesgo cuyas consecuencias en forma de rebrote pueden ser realmente terribles.

Por no contar las situaciones ridículas de pueblos y áreas en las que la “raya” en el mapa no representa en modo alguno la realidad socio-relacional de la población. Ciudadanos que viven en un territorio y trabajan en otro, viven proximidad física y una gran distancia funcional.

En este artículo se proponen escenarios basados todos ellos en el conocimiento del comportamiento de la enfermedad por segmentos de edad y características poblacionales. Y resulta muy fácil de entender, y más sencillo de implementar, porque:

  • Todos los territorios y su población se afectan de igual forma.
  • Los criterios son objetivos y objetivables y se huye de posicionamientos y creencias: edad de las personas y su relación con la enfermedad.
  • Asunción de hechos con criterio científico, sin culpar ni juzgar a nadie. Cuando se piensa con mente observadora, los argumentos no son armas, son instrumentos. Es más fácil llegar a lecturas similares -desde posicionamientos antagónicos- y a acuerdos posibles – desde intereses, aparentemente contrarios-. Cuando se trabaja con mente analítica y científica, los datos no se maquillan ni para minimizarlos ni para maximizarlos.

Comunicar en “Y” es pensar en sumar. Comunicar en “O” es pensar en restar. 

A continuación os dejo el enlace al artículo del estudio y algunos comentarios (recordemos, realizado con datos de EEUU):

El modelo predice las repercusiones económicas y de salud pública del levantamiento de la cuarentena antes de la vacuna COVID-19, por Brandie Jefferson, Universidad de Washington en St. Louis. Medical Express.

El objeto del trabajo es tratar de responder a la pregunta ¿Cuál es la forma más efectiva de manejar una cuarentena en todo el país durante 76 semanas? Lo que ya es un mensaje en sí mismo: el equipo se posiciona con respecto al tiempo en que consideran posible contar con una  vacuna. No se atacan otros postulados, ni se les desacredita. Tan sólo se hace un posicionamiento de punto de partida.

Según Arye Nehorai, profesora de ingeniería eléctrica de Eugene y Martha Lohman en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y de Sistemas de Preston M. Green, «El objetivo es cuantificar y mitigar el impacto de la pandemia actual». Cabría preguntar “en qué”. Pero ellos lo plantean sin diferenciación. Porque el impacto es global, integrado: impacto (incluye salud-economía porque si hay impacto en alguna dimensión lo hay en la otra).

Es interesante analizar los perfiles multidisciplinares presentes en el equipo de trabajo. Junto a los ya nombrados se encuentran: David Schwartzman, un Ph.D. de economía empresarial. candidato en la Escuela Olin, y Uri Goldsztejn, Ph.D. ingeniería biomédica.

También es interesante conocer su metodología de trabajo. Modelo Susceptible, Expuesto, Infeccioso, Recuperado (SEIR).  Una herramienta matemática comúnmente utilizada para predecir la propagación de infecciones. Este modelo dinámico permite que las personas se muevan entre grupos poblacionales identificados como “compartimentos”, y que cada compartimento influya a su vez en el otro.

Y es que quienes se contagian son las PERSONAS, no los territorios. Lo interesante es comprender que en todos los territorios hay personas que, analizadas en colectivos -poblaciones-  se han contagiado, son susceptibles de serlo, han enfermado, etc. Incluso para los no iniciados, es más fácil comprender esto que decisiones geográficas. Donde todas las personas que se encuentran a un lado de la raya han de ser tratadas de la misma forma y todas las del otro lado, de forma diferente. De nuevo, al diferencia de pensar en “O” –“Y”-.

En su forma más básica, estos modelos dividen a la población en cuatro compartimentos: los que son susceptibles, expuestos, infecciosos y recuperados.

Nehorai y su equipo utilizaron datos provenientes de fuentes revisadas por pares y determinan 10 “comportamientos”.

  • Población susceptible
  • Población susceptible en cuarentena
  • Población expuesta
  • Población expuesta en cuarentena
  • Población hospitalizada infectada
  • Población asintomática infectada
  • Población asintomática infectada en cuarentena
  • Población que ha fallecido
  • Población recuperada
  • Población recuperada en cuarentena

Cada uno de estos 10 comportamientos se subdivide en:

  • Ancianos (adultos de más de 60 años)
  • Adultos
  • Población con acceso a teletrabajo
  • Población cuya actividad se ve afectada negativamente o imposibilitada de teletrabajar.

En esta pandemia aparece también un último subconjunto muy importante: los asintomáticos. En esta enfermedad, a diferencia de otras como el ébola -ejemplo que pone Goldsztejn- son personas con alta capacidad de contagio y que se mueven mucho porque no son fácilmente detectables. El equipo, fue capaz de incorporar también a estas personas en el estudio porque son fundamentales para evaluar decisiones a corto y medio plazo en términos de salud pública.

La conclusión del equipo es:  CORRER PARA REABRIR TIENE UN FINAL PEOR. 

No dice “mejor”. Porque con los datos que aparecen en los escenarios, ninguno es bueno, ni mejor que el otro. Se trata de evitar el peor escenario.

Con una hipótesis “y”: salud-economía, el equipo establece unas premisas que se mantienen en los tres escenarios:

  • El 85% de las personas no ancianas están en cuarentena
  • No se aflojan restricciones durante las primeras 40 semanas
  • Hay una vacuna disponible en 76 semanas
  • La mayoría de las personas mayores permanecen en cuarentena hasta que la vacuna esté disponible

En cuanto a la incorporación al modelo de las personas asintomáticas, su efecto fue profundo. Esto sugiere que medidas de salud pública generales como el distanciamiento social y la limitación de reuniones ayudarán a limitar la propagación de la enfermedad.

A partir de ahí se proponen 3 escenarios diferentes:

Fuente: el artículo referenciado. Datos para EEUU.

Traducción al español del cuadro de la Washington University.

Los escenarios considerados por el modelo compartieron un resultado: ningún enfoque de cuarentena podría devolver los resultados económicos y de salud a las etapas previas a la pandemia antes de que una vacuna esté disponible.

«Nuestra investigación sobre el modelo de propagación de COVID-19 y la economía muestra que es crítico abrir los mercados gradualmente mientras se continúa la cuarentena de las personas mayores», dijo Nehorai.

Dicho de otro modo, deben levantarse las restricciones en el trabajo de distintas actividades o industrias al mismo tiempo, y permitir GRADUALMENTE, que las personas de BAJO RIESGO se reúnan en un solo lugar.

Sin embargo, sigue Nehorai, “si los formuladores de políticas priorizan más la productividad económica a corto plazo, sus políticas de cuarentena pueden conducir a muchas más muertes y hospitalizaciones con ganancias económicas mínimas a corto plazo».

Lo dicho, además de resultar muy interesante como planteamiento científico, es un ejemplo interesante de pensamiento inclusivo. Ningún escenario es “satisfactorio”, ni se puede comunicar con alegría. En todos, el precio en vidas humanas es terrible y el daño económico muy considerable. Pero si las decisiones se toman en base a las personas y sus comportamientos en lugar de en delimitaciones geográficas (provincias, áreas, ciudades…). aceptando que ninguna opción nos lleva al punto de partida -mientras no haya vacuna-, y considerando la muy plausible posibilidad de que la vacuna tarde en llegar bastantes meses, con un ritmo de desconfinamiento gradual, se podrá conseguir lo mejor en salud y en economía.

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