Mañana Más y Mejor
Es el pensamiento de todos y cada uno de nosotros cuando apagamos el ordenador y cerramos la puerta. Un/a empresario/a que renuncia a esta aspiración ha cerrado su negocio.., aunque éste siga funcionando unos meses.
Sea cual sea tu actividad profesional, si miras atrás, la respuesta a ¿cómo Más? y ¿cómo Mejor? en los últimos años ha tenido dos únicas respuestas:
- EQUIPO HUMANO
- TECNOLOGÍA
Lamentablemente se suele olvidar el primer factor. Y éste es el motivo por el que proyectos de transformación digital potentes han fracasado.
Si en lugar de “más y mejor” en un crecimiento lento y lineal, te planteas “Mucho Más y Mucho Mejor” [y siempre cantidad + cualidad], entonces estás pensando en un PLAN DE TRANSFORMACIÓN DIGITAL de tu empresa.
PLAN DE TRANSFORMACIÓN DIGITAL: Programa estratégico y operativo consistente en generar cambios operaciones, productivos y relacionales que, haciendo un uso intensivo de las nuevas tecnologías, generen una mejora cuantitativa y cualitativa de los resultados del negocio en poco tiempo y con tendencia de crecimiento exponencial.
¿Transformación Digital es igual que informatizar?
RADICALMENTE, NO. Y aquí reside uno de los grandes errores que se han venido cometiendo en los últimos años, cuyos resultados no han sido adecuados para las empresas y que han generado gran desconfianza de los empresarios en la innovación tecnológica.
Los proyectos de informatización:
- se llevan a cabo por empresas que “venden tecnología”. Software o hardware. Por tanto, el objetivo de estas empresas es que les compres sus productos.
- fuerzan a la empresa a adecuarse a los requisitos de estas tecnologías, con frecuencia muy sólidas, y escasamente personalizables. Aunque se las vende como “parametrizables”, ésto se circunscribe al aspecto visual, documental, etc.
Un Plan de Transformación Digital:
- Se lleva a cabo por un equipo multidisciplinar en el que, además de tecnólogos, participan consultores de negocios y de gestión de equipos
- Se basa en la mejora de los resultados del negocio y sus procesos.
- Se consolida a partir de invertir en cultura empresarial, estilo de liderazgo y toma de decisiones y capacitación de las personas individual y colectivamente.
- Y, por supuesto, implica el uso intensivo de tecnologías, que son elegidas y adaptadas a la empresa, y no al revés.
¿Qué es la resistencia al cambio?
Muchas veces no se afrontan las innovaciones del mercado no porque no nos gusten, o no nos convengan, sino directamente porque nos resistimos a aprender una nueva forma de hacer las cosas. Esto es lo que se conoce como resistencia al cambio, y es el culpable de que la nuevas tecnologías, los nuevos mecanismos de venta, la implantación del teletrabajo, las nuevas técnicas y estrategias de gestión de recursos humanos o la explotación comercial de las redes sociales no se adopten a tiempo.
Toda nueva innovación en el mercado sigue un comportamiento en forma de campana de gauss según la cual los primeros en adoptarla son los conocidos como «early adopters» o «primeros adoptantes»; Después llega la «mayoría temprana» de adoptantes; después la «mayoría tardía»; y por último los «laggards» o excépticos. Cuanta mayor resistencia al cambio tengas, más a la derecha de esta campana, lo cual tiene sus desventajas, claro.
La tecnología facilita procesos de cambio. Las personas los impiden, los frenan o los multiplican.
Cuando en una empresa sin cultura digital entra la tecnología, suele generar una aceleración, sí, pero de errores y burocracia. ¡Cuántas veces se ha pedido a un informático que programe un software que haga lo que “aquí hacemos, como lo hacemos aquí”. Porque, siendo que es fantástico que empresarios y trabajadores estén enamorados de lo QUE hacen; es un gran peligro que estén enamorados de CÓMO lo hacen.
Al igual que en física hay que contemplar siempre la inercia: o resistencia de un cuerpo a cambiar de estado; en psicología hemos de contemplar siempre la resistencia al cambio: o inercia mental.
Y es un comportamiento humano que se manifiesta a nivel individual y colectivo. Con frecuencia no se es consciente de ello, y es fruto de miedo a la incertidumbre de no saber qué va a ocurrir, o cómo me va a impactar ese cambio; pereza de tener que desaprender costumbres; etc, etc.
La resistencia al cambio NO ES UN PROBLEMA. Es un hecho humano. Lo que es un problema es no contemplarlo desde el principio. Hay que planificar de forma integral todos los elementos que conforman un proceso de cambio que, por otra parte, tiene hitos, pero que nunca acabará. Es por ello que en un Plan de Transformación Digital se trabaja:
- la cultura, estilo de liderazgo y relaciones interpersonales
- los procesos y procedimientos
- capacitación y habilitación competencial
- infraestructura tecnológica
- inteligencia de negocio: monitorización de datos y resultados
¿Qué aporta la transformación digital a las empresas?
A diferencia de un programa de informatización, que consiste en la instalación de una infraestructura tecnológica con mayor o menor complejidad, un Plan de Transformación Digital genera, sobre todo, un cambio del Modelo y Visión del Negocio. Los líderes de la empresa cambian su mapa mental y con ellos, el resto del equipo. Y esto es muy importante.
Las empresas que han vivido programas de informatización han sufrido el efecto de obsolescencia, a veces, antes de amortizar la inversión. La tecnología avanza a mucho mayor ritmo y los empresarios van siempre generando gastos a impulsos del mercado tecnológico o de la presión de la competencia, cuando no de circunstancias imprevistas como la Covid-19.
Las empresas que deciden abrirse a una auténtica Transformación Digital se capacitan para avanzar al ritmo de la innovación. Algunas, incluso aprenden a innovar ellas mismas. Se dotan de la habilidad para analizar las tendencias como oportunidades. Y, sobre todo, están preparadas técnica (dimensión humana) y tecnológicamente (infraestructuras) para responder a imprevistos o contingencias de alto impacto.
